Vaya por delante que el género romántico no está dentro de mis favoritos, pese a ello, he de reconocer que me ha gustado mucho la forma de sacar adelante esta original historia de amor en un mundillo tan difícil como es el hecho de andar de gira en gira actuando y conociendo infinidad de personas. Me ha encantado la sutileza al presentar las escenas románticas, siempre en su justa medida, sin llegar a empalagar como ocurre en otras historias.
Recomiendo su lectura, a pesar de las observaciones siguientes:
Por otro lado, considero que debería corregir, o al menos tenerlo en cuenta de aquí en adelante, algunas observaciones que sin ser un impedimento para entender y comprender la historia podrían suponer un serio perjuicio a su autora:
• En los diálogos, cuando el comentario del narrador no lleva verbo de habla, la primera parte del diálogo se cierra con punto, y la acotación comienza con mayúscula. Y si el diálogo continúa después, se escribe punto detrás de la raya de cierre.
—Estupendo. —Ella se volvió para que no viera su sonrisa—. Me llevo la llave.
• No es necesario alternar la cursiva y la redonda para diferenciar quién es el que habla cuando se utiliza la vía telefónica para conversar.
• Hace un mal uso de las comillas en combinación con los signos de interrogación.
• No es necesario valerse de rombos para dar a entender que se cambia la escena o el escenario, basta con separar los textos un par de espacios, y si se quita la sangría en el primer párrafo, pues mejor que mejor.
• Es una lástima que no haya hecho uso de ninguno de los recursos para mostrar una carta y que esta se diferencie del resto del texto, tal y como está contemplado, como; por ejemplo, aumentar la sangría y disminuir el tamaño de la fuente un par de puntos; sin necesidad de valerse de la cursiva, por ser esta bastante molesta a la hora de leer.
Descripción del producto
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«La forma de ser de los personajes logra que algo que prometía ser una simple historia de amor, se convierta poco más que en una batalla de voluntades, donde las emociones estarán a flor de piel, donde los celos y el deseo se entremezclan con la ternura y la pasión» – Ana Fernández Martínez.
Mandy y Jordan son amigos desde niños. Pudieron haber sido novios adolescentes, pero él no acudió a la cita. Ahora ella tiene 26 años, es una cantante famosa, y Jordan, además de su amigo, es su mánager.
Desde hace dos años, Mandy alimenta a la prensa sensacionalista con escándalos frecuentes y no atiende a razones. Una noche, Jordan la encuentra en su suite del hotel compartiendo cama con el licencioso vocalista de una banda de rock, y decide marcharse. Cuando Mandy quiere darse cuenta, Jordan se ha ido y su vida es un desastre.
Para Jordan, marcharse fue un intento de pasar página: cada vez más atrapado en la red de un amor no correspondido, ya no sabe qué hacer. Pero al tiempo, cuando vuelven a verse y Mandy se muestra arrepentida por lo ocurrido, y poco después reacciona tan mal al comprobar que él ha asistido con una amiga a la entrega de premios en la que Mandy es una de la nominadas, se enciende una pequeñísima luz de esperanza… ¿Son celos? ¿Qué posibilidades tiene de enamorar a esa mujer arisca que cambia de acompañante como de zapatos, cuya relación más larga duró apenas una semana?
Intentar olvidarla no resultó. Jordan decide que es hora de cambiar de estrategia…
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